El concepto arquitectónico para esta capilla ecuménica es que sus incontables columnas, que desordenadamente soportan el techo rectangular de la capilla, están concebidas como la analogía de un grupo de filamentos, que cuando están encendidos con la corriente adecuada, pueden iluminar nuestras vidas terrenas con un rayo de luz divina. Según Pitágoras “Este mundo es falso e ilusorio, un intermediario turbio en el cual los rayos de la luz divina se rompen y obscurecen en las tinieblas”.i La Madre Teresa, por otra parte, nos dice que a través de la oración constante nos convertimos en un instrumento de luz divina que ilumina el mundo. “Los filamentos de las bombillas son inútiles si no pasa la corriente. Vosotros, yo, somos los filamentos. La corriente es Dios.
Tenemos la posibilidad de permitir a la corriente pasar a través de nosotros y de utilizarnos para producir la luz del mundo” El edificio está concebido como una estructura ligera, casi efímera, que se hace accesible todo el tiempo y para todos; la capilla disuelve sus fronteras para impregnarse de su contexto inmediato y aprovechar su transparencia para convertirse en un objeto difícil de idealizar.
Este es un personaje que actúa con la iluminación, que cambia con el sol, que se alegra con sus usuarios y que festeja su misión como catalizador de las actividades diarias de este desarrollo residencial. Más aún, la espiritualidad no es más un lujo para pocos que la pueden alcanzar por medio de visitas programadas a un lugar sagrado; la espiritualidad se puede convertir en un estado de ánimo que transforma nuestras vidas cotidianas y que se convierte en una influencia positiva para el mundo que rodea a sus usuarios.